31 agosto 2007

Estrés es tres tres


Con este extraño título rodó Carlos Saura una película producida por Elías Querejeta en 1968. Narraba la historia de un especulador inmobiliario en crisis conyugal que desea poner a prueba su matrimonio llevando a Almería a su esposa (Geraldine Chaplin) y al arquitecto de su empresa (Juan Luis Galiardo). El triángulo estaba servido. Las películas más taquilleras de esa temporada son también triángulos, aunque de otra forma. En Ocean’s 13, la banda de George Clooney se vuelve a reunir para vengarse del engaño a uno de sus miembros. El tándem Danny Ocean (Clooney-Pitt) no es suficiente, porque «los malos» también son tándem (Pacino-Barkin). Hace falta un trío, y se incorpora Matt Damon. Tampoco es suficiente el tándem del ogro y el asno en Shrek 3. Se incorpora al primer equipo el gato (la voz de Antonio Banderas), como contrapunto del burro al que dobla Eddie Murphy. El capitán Sparrow (Johnny Depp) trabaja conjuntamente con Elizabeth Swann (Keira Knightley) y Will Turner (Orlando Bloom) contra Davy Jones, Lord Cutler Beckett y Norrington.

Trío de ases
¿Por qué triangular? En un mundo en el que el talento es más escaso que el capital y en la calidad de la ejecución determina en gran medida la calidad de la decisión, el éxito depende de la estrategia (el diseño, el plan), los procesos y las personas. El dueto gestor-líder (uno, ocupado del día a día, de los recursos, del corto plazo; el otro, dedicado a la visión de futuro, a la perspectiva, al largo plazo) ha de ampliarse. Se necesita un tercero en discordia, empeñado en atraer, fidelizar y desarrollar talento individual y colectivo. Un director general (Ocean, Shrek, Sparrow), un director financiero (Brad Pitt, Asno, Will Turner) y un responsable del talento (Matt Damon, el gato con botas, Elizabeth Swann).

Para que este triángulo EPP (Estrategia-Procesos-Personas) funcione convenientemente, la interacción ha de ser fluida. El director general ha de darse cuenta de que el diseño de la estrategia es sólo el primer paso; la implantación es esencial. El director financiero debe tener mente abierta, evitando el cortoplacismo y el utilizar del valor contable como criterio único, y el responsable del talento debe conocer la estrategia y los procesos de negocio, no le interesa, se convertirá en un burócrata peligroso.

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