31 marzo 2011

Mirando hacia el pasado o hacia el futuro


Me considero un gran aficionado al cine español, pero he de reconocer que algo no va bien en nuestro séptimo arte, y no sólo porque ha caído estrepitosamente en cuota de pantalla y porque consigue más ingresos a través de las subvenciones que por la taquilla (lo que no es ningún buen síntoma en una industria, aunque sea cultural), sino porque me temo que en general sus temas son retrospectivos y no anticipatorios. Recordemos las cuatro cintas nominadas a la Mejor película en los últimos Premios Goya, entregados el domingo 13 de febrero: una delirante historia de payasos desde la guerra civil al asesinato de Carrero Blanco y el Valle de los Caídos (metáfora de las dos Españas extremas, la salvaje y la blandita, siempre a la greña), una revisión de la rapiña de los poderosos a los indígenas (durante el “descubrimiento” de América y en la Iberoamérica de nuestros días), un claustrofóbico relato de un enterrado vivo en la guerra de Irak y la triunfadora, “Pa negre”, una historia de la triste posguerra. Contrastemos esta temática, de furia y lamento, con las favoritas al Óscar que se concede el 27 de febrero: la excelencia británica en “El discurso del rey” (la relación entre Jorge VI de Inglaterra y su coach australiano), la creación de Facebook en “La red social” (Zuckerberg, demandado por su primer socio y por los gemelos a quienes, según ellos, les robaron la idea), la actitud por encima de la aptitud en “Cisne negro” (un nuevo montaje de “El lago de los cisnes en el Metropolitan como metáfora del tecnicismo frente a la valentía), además de historias de superación en “The fighter” o “127 horas” y de amistad y equipo en “Toy story 3”. Si las historias que nos contamos definen nuestras opciones vitales, las de nuestro cine miran hacia el pasado (nuestra guerra civil, el hambre posterior, el aislamiento, la rapiña) y las del cine anglosajón nuestro futuro (el desarrollo, la autosuperación, la valentía dejando atrás los miedos, la cooperación). Es como Jano, el héroe cultural de la mitología romana, con su doble faz: una cara mirando hacia el pasado y otra hacia el futuro.

El argumento “pasado versus futuro” es muy similar al que presenta el reconocido periodista argentino afincado en Miami Andrés Oppenheimer en su último libro “Basta de historias”. La mayoría de los países iberoamericanos se dedican a desenterrar a sus próceres (Bolívar, Perón. Alfaro, Artigas), a revisar su “memoria histórica”, en tanto que las naciones más punteras en educación (Finlandia, Singapur, Israel, China), las más competitivas, miran hacia delante, contratando y desarrollando a los mejores maestros, invirtiendo en investigación y desarrollo, fomentando de verdad el aprendizaje, abriéndose al mundo. En palabras de este insigne periodista: “La obsesión iberoamericana con la historia nos está robando tiempo y energías para concentrarnos en el futuro”.

Aviso a navegantes: Si no hay proyecto (con el que ganamos todos, dedicando nuestras mejores energías) hay miserias (cada vez más difíciles de repartir). El gran predictor del fracaso de los directivos es la falta de visión estratégica. Confiemos en que el cine español tenga en 2011 historias que nos hagan mirar adelante, que nuestras empresas cuenten con visiones inspiradoras e ilusionantes y que todos nosotros asumamos retos que nos impulsen a ganar el futuro. Si nosotros no marcamos nuestro destino, alguien (en Alemania, en Estados Unidos, en China) lo hará por nosotros.


Eurotalent.
Publicado en Dossier Empresarial, en Febrero de 2011.

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