30 abril 2010

Sacar las castañas del fuego



Lo peor de nuestro gran país no es que el Presidente del Gobierno le merezca poca o ninguna confianza a tres de cada cuatro españoles, que la gestión del líder de la oposición sólo la apruebe el 24% de la ciudadanía o que ocho de cada diez españoles crea que el gobierno está improvisando, tomando decisiones sobre la marcha, para resolver esta crisis. Lo peor es que aún sigamos creyendo que los gobernantes son quienes nos van a sacar de ésta (o no).

Fruto de lo que Ortega y Gasset llamó la “tibetanización” de España, de que el sector público suponga el 42% de nuestra economía o de la maraña de normas jurídicas que afectan a cualquier sector, lo cierto es que compartimos un esquema mental según el cual la resolución de esta crisis dependerá del liderazgo de los políticos. Afortunadamente, no es así.

Somos todos y cada uno de nosotros, en nuestras organizaciones, quienes debemos sacar las castañas del fuego. Canadá e Italia (como ejemplos extremos) están demostrando que, o bien porque la clase política interviene al mínimo o bien porque los ciudadanos “pasan” de un gobernante desacreditado y sin oposición, las crisis las solventan las empresas. Para salir de ésta necesitamos generar confianza, innovación, excelencia y apostar por el talento, y esos intangibles no se consiguen por decreto.

Hemos de mejorar radicalmente la productividad de nuestras empresas (somos el país 33º del mundo, según el World Economic Forum de Davos), lo que se consigue principalmente mejorando la Calidad Directiva (ocupamos el puesto 28º, según el mismo organismo). Si no mejoramos la capacidad de dirigir nuestras compañías, ningún político, por brillante que sea, podrá resolver esto. Calidad directiva que va más allá de la formación (somos el 6º país del mundo en Escuelas de Negocios) y pasa por la reflexión profunda y por la acción sin paliativos.

Cada una de nuestras empresas necesita una estrategia, un proyecto ilusionante, que enganche a los profesionales que forman parte de la organización. Un reto que muestre qué queremos ser, a dónde queremos llegar, qué compartimos (misión, visión, valores), con un mapa estratégico integral respecto a los resultados de negocio, la satisfacción de los clientes, los procesos eficientes e innovadores y el talento colectivo que buscamos. Necesita contar con perfiles de talento (aptitud, actitud) y con la adecuación de sus empleados al perfil, de forma que cuando haya que tomar decisiones de optimización de las plantillas se haga perdiendo el menor talento posible, y no con otros criterios, poco profesionales, por todos conocidos. Debe contar con líderes a todos los niveles de la organización, que generen en los equipos climas de satisfacción, rendimiento y desarrollo, que sepan gestionar el desempeño de sus colaboradores, que les capaciten adecuadamente. Desgraciadamente, sólo uno de cada seis jefes en España responde a esas características. Y han de pagar competitiva y equitativamente, favoreciendo una retribución variable autofinanciada y eficaz, encontrando otras fórmulas de compensación, imaginativas y de valor, para el talento.

No queda otra. En esta crisis hay ganadores y perdedores. Si su empresa cuenta con una estrategia de verdad, con perfiles, con líderes, con auténticos profesionales, será capaz de generar confianza, de superar las expectativas de sus clientes, de innovar, de destacar, de internacionalizarse… Si no, se lamentará de su mala suerte y de los políticos que le ha tocado.


Eurotalent.
Publicado en Dosier Empresarial, en Marzo de 2010.

No hay comentarios:

Publicar un comentario