30 julio 2010

¡Podemos!



Debo empezar reconociendo, en un acto de humildad, que no soy la persona que saldría elegida como retransmisora de un partido de fútbol, pero sí me gusta bastante y me considero una gran aficionada a este deporte.

¿Y qué les parece si hablamos de la Selección Española en este momento en el que estamos viviendo plenamente el mundial de fútbol en Sudáfrica? Mis disculpas a los no “futboleros”, pero no se preocupen, estoy convencida que el enfoque que adquiere este artículo será de interés para todo el público.

Durante el corto periodo que llevamos viviendo este mundial España ha pasado por varias fases: empezamos con un súper-ego que iba aumentando en función de las pasadas temporadas, la publicidad que se hacía el TV, etc. Este súper-ego era compartido tanto por la propia selección, como por su seleccionador (ese gran Vicente Del Bosque), y toda la afición. Españoles (y no españoles) estábamos convencidos de la victoria de nuestro equipo desde el primer día, lo que llegó a provocar respeto e incluso temor por parte de los seguidores del resto de selecciones. Pero ¿qué ocurrió en nuestro primer partido? Durante las entrevistas previas, concedidas a Del Bosque, éste mostró una cierta inquietud hacia el convencimiento que había en nuestro equipo y advirtió que no era tan fácil ganar y que “no somos tontos”, en otras palabras, no estaba seguro que sus chicos fueran invencibles y… Se cumplieron sus pronósticos: La Roja perdió. ¿Cómo pudo ocurrir esto? Fue sin duda un gran palo a nuestro ego. Pero tras este incidente nuestra selección ha sabido remontar y hoy por hoy está ya seleccionada para cuartos de final.

¿Qué fue lo que provocó este fracaso inicial? Evidentemente no fue un único factor. Vamos a analizar despacio cada uno de ellos:

- Humildad: Nula. Se tenía la “certeza” que era imposible perder, esa opción estaba descartada, pero inconscientemente todos sabían que esto podía ocurrir por la falta, tanto de éste, como del resto de factores. ¿Alguna vez han oído ese refrán que dice: “nunca subestimes la capacidad de tu contrincante”? Pues apliquémonos el cuento. 

- Confianza en sí mismos: No era suficiente. Nuestra selección sabía que eran buenos, pero siempre existía la duda inicial. De ahí las palabras citadas anteriormente por Del Bosque. Si el líder o dirigente de un equipo no apuesta 100% por sus chicos, tampoco apostará al 100% cada uno de ellos, ni por sí mismo ni por sus compañeros. La falta de fe es la peor aliada y siempre aleja del éxito, aportando mediocridad en los resultados. 

- Sentido de pertenencia al grupo: Esto es algo que se adquiere y va en aumento cuanto más abundantes y ricas sean las interacciones con el grupo. En un principio, como pudimos comprobar, era bajo, pero cada vez es mayor. El sentido de pertenencia al equipo hace que cada jugador se sienta pieza clave de una máquina, cada uno es indispensable y la aportación de todos juntos es lo que la hace avanzar, ni más, ni menos, todos igual de importantes, porque todos somos uno.

- Disfrute del juego: Este factor va de la mano de la confianza en sí mismo y en sus compañeros, y requiere que a la persona le guste lo que está haciendo. Si se dan las dos condiciones, el funcionamiento será productivo y eficaz. El disfrute en la ejecución asegura el éxito en los resultados.

- Implicación y compromiso 100%: Condición necesaria e indispensable para todos los grupos cuyo deseo no es sólo destacar, sino además triunfar. El compromiso consigo mismo y con los compañeros hace que la persona actúe sí o sí en pro de la victoria de todos. Esto es lo importante: “si yo gano, tú ganas”, esta es la forma de jugar, esta es la forma de vencer.

- Estrategia clara: Personalmente no creo que este factor fuera mediocre en nuestra selección, lo que sí pudo ser débil es la fuerza que se le otorgó. La planificación y posterior ejecución acorde a ésta es necesaria al emprender cualquier actividad, pero ojo, tengan en cuenta algo, lo más importante es la acción. Mi consejo es: no pierdan el tiempo debatiendo, palabras las justas y acción el doble de la que consideramos necesaria.

Si comparan la ejecución de nuestros chicos en su primer partido del mundial con la de los posteriores pueden detectar estos cambios. Entre ellos se percibe algo que antes no era tan evidente, pero ahora sí: Son un equipo. Además de contar con una estrategia clara, bien definida y que se puede observar cada vez con más claridad, todos saben el valor extra que aportan juntos, creen en sí mismos, están totalmente comprometidos con sus compañeros y con sus fieles seguidores y, sobre todo, disfrutan con lo que hacen. ¡Esto sí que es un Equipo de Verdad!

Gracias, chicos, por haber hecho este giro tan rápido, gracias por habernos dado la oportunidad de vivir vuestros sueños juntos y hacerlos propios, gracias por traernos la ilusión, gracias por vuestra entrega y vuestra pasión. Nosotros confiamos en vosotros porque esto es algo que os habéis labrado minuto a minuto, ahora os toca a vosotros confiar en nosotros. Aquí nos tenéis para celebrar todos juntos la victoria y apoyaros y animaros cuando estéis cansados o sintáis la derrota. Queremos a La Roja, os queremos y sabemos que podéis, que… ¡Podemos! ¡Adelante campeones!


Eurotalent.

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