03 julio 2012

Europa no tira la toalla

Hace unos días tres directores generales, Peter Löscher de Siemens, Franco Bernabé de Telecom Italia y Henri de Castries, de Axa publicaban un artículo en el periódico El País (27 de junio) que titulaban No queremos que Europa tire la toalla. A partir del día siguiente se iba a producir la cumbre europea para debatir el futuro de la Unión y del euro.

La tímida reacción de los mercados sobre la prima de riesgo español y su rebote a partir de ayer ponen de manifiesto que todavía queda mucho por hacer para superar la crisis. Sin embargo, las resoluciones aprobadas en la cumbre europea aunque insuficientes, son un paso en la buena dirección tanto a largo como a corto plazo.


Tenemos una crisis bancaria y fiscal generada en su mayor parte por la burbuja inmobiliaria. Si el agujero de los bancos ya resulta bastante evidente que viene provocado por los impagos de las hipotecas (con su correspondiente drama de los desahucios y de deudas imposibles de asumir por los particulares o por los suelos imposibles de rentabilizar por los bancos y por las empresas inmobiliarias) y hoy estamos a la espera de los informes de auditoría de cada entidad financiera para conocer su profundidad, el agujero fiscal español tiene su principal causa estructural en la caída de los ingentes ingresos que producía la burbuja inmobiliaria. Carentes de esos ingresos fiscales, hoy los presupuestos públicos tienen que ajustar su nivel de gasto a esta nueva realidad que con toda seguridad será permanente en el futuro.

Sin embargo, si lo anterior constituye una crónica parcial del momento económico europeo (el de los países del euro), el interés de este artículo se centra en ¿cómo están viviendo las empresas europeas lo que está sucediendo? Por ello volvemos a reflexionar acerca del contenido del artículo de los mencionados tres directores generales:
  • Empiezan por resaltar la importancia de la Comunidad Económica Europea en los últimos 60 años “… ha sido motor de crecimiento, empleo, paz y prosperidad, y ha convertido Europa en un modelo para el resto del mundo”.
  • Señalan los rasgos del compromiso actual de las empresas de dimensión europea respecto de la Unión “… invertir, desarrollar la investigación y el empleo, producir y pagar nuestros impuestos en Europa” y su credo “… creemos firmemente en la Unión Europea y la unión monetaria que constituye su centro”. Cada quien tendrá su opinión particular respecto a la reputación de cada empresa europea a partir de este compromiso y de este credo, pero pocos diferirán de ellos.
  • Centran las amenazas actuales de la Unión Europea respecto a los países del euro a los que los tres pertenecen “Después de la creación del euro no se han llevado a cabo dos cosas que eran indispensables, la convergencia económica y la integración política. Europa está en una encrucijada. El mundo y –lo que es quizá más grave- nuestros conciudadanos europeos tienen dudas y han perdido su confianza en nuestra capacidad de unirnos para abordar los problemas. Si deseamos una Europa más fuerte, debemos actuar ya”. Mientras la UE no termine de resolver estos dos desajustes, el número de los euroescépticos continuará incrementándose y la construcción europea caminará hacia lo que el profesor Innerarity denomina “la construcción social de la estupidez”.
  • Apuntan medidas en la buena dirección para conseguir la convergencia económica y la integración política “Europa no puede seguir viviendo por encima de sus medios. Olvidemos los espejismos de la recuperación a través del consumo, el gasto público o las transferencias. No creemos una oposición artificial entre crecimiento y austeridad, solidaridad y responsabilidad”. La austeridad en España como hemos dicho no es un castigo de Alemania sino que resulta imprescindible para tapar los agujeros de la burbuja inmobiliaria y de otros excesos que hemos creado nosotros apalancando en exceso el endeudamiento sobre todo privado, como lo es el crecimiento por el camino de la competitividad. Hasta que no centremos en ésta todos los esfuerzos, simplemente no conseguiremos salir de la crisis. Y en España la dificultad añadida tiene dos caras: el gran número de profesionales que está estancado en el desempleo y la corrupción. “Es necesario que Europa recobre su competitividad y sus equilibrios para restablecer el crecimiento y una vez más, proteger y aportar esperanzas y oportunidades a los más vulnerables. Muchas empresas lo están haciendo de manera ejemplar. Para conseguirlo, todos deben poner en marcha las reformas presupuestarias, fiscales y estructurales necesarias y hay que fomentar la reanudación de la inversión privada. Esta etapa es un requisito previo imprescindible para reforzar la integración europea”. 
  • ¿A qué reformas apuntan para mejorar la competitividad y corregir los desequilibrios? Empiezan por las presupuestarias y fiscales apostando por la reducción del gasto y evitar las subidas de impuestos “La lucha contra los déficits públicos es la base de toda agenda de crecimiento, en primer lugar, mediante la reducción del gasto de los Estados y las comunidades locales, para que la moderación de la carga fiscal pueda mejorar la competitividad y la capacidad de atracción de Europa. La historia económica demuestra que ningún país ha logrado jamás relanzar su crecimiento ni reequilibrar sus cuentas públicas a base de subir cada vez más los impuestos”. 
  • Respecto a las medidas estructurales que proponen “La rigidez del mercado de trabajo también frena el crecimiento, mientras que por otro lado, en varios países se ha demostrado la eficacia de tener una mayor flexibilidad. Además, el paro juvenil –que está alcanzando un nivel sin precedentes en Europa- y las dificultades de las empresas para llenar ciertos puestos vacantes hacen que sea obligado centrarse en la educación y la formación. El objetivo debe ser hacer que las competencias correspondan mejor a lo que necesita el mercado de trabajo y mejorar las posibilidades de empleo de los jóvenes”. Es evidente por el momento de publicación del artículo que están apoyando los esfuerzos de Mario Monti en Italia, embarcado en estos momentos en una reforma laboral de amplia constestación. España por su lado lleva ya tres reformas laborales profundas desde 2007 pese a lo cual es la campeona destacada del desempleo europeo con cifras que sólo pueden avergonzarnos y que no tiene deberes pendientes en ese terreno para arreglar el tremendo desastre de sus bochornosas cifras según los últimos datos de Eurostar: casi seis millones de desempleados de un total de 17,5 millones de la eurozona (la Unión Europea tiene un porcentaje desempleo de 10,3%, mientras en España es del 24,6% -en los últimos doce meses ha crecido en 3,5 puntos-) y una cifra de paro de jóvenes menores de 25 años que en la UE supone un 22,6% de su total y en España del 52,1% del suyo. España necesita una reforma directiva y empresarial que promueva dirigentes convencidos de que la competitividad pendiente sólo vendrá a través de iniciativas que incrementen sus ingresos y no de recortes de empleo ¿Cómo si no pueden seguir manteniendo los directivos que uno de sus propósitos es desarrollar el empleo? 
  • En cuanto a medidas para favorecer la inversión privada empiezan por señalar el camino sobre las reformas presupuestarias y fiscales “… los mecanismos presupuestarios y fiscales deben actuar a favor de las inversiones privadas y la reducción de los costes laborales, además de aceptar, en caso necesario, que se grave el consumo. Los arbitrajes no son nunca sencillos, pero ya no tenemos más margen. La inversión y el empleo son prioridades absolutas. La movilización de recursos suplementarios a través del Banco Europeo de Inversiones puede, asimismo, tener un efecto beneficioso, pero sólo si financian proyectos que tengan verdadero rendimiento económico y social para alimentar un crecimiento duradero y evitar escrupulosamente los proyectos artificiales de apoyo, cuyos efectos, además, sólo pueden ser temporales”.
  • También apuestan por la innovación “Europa debe conservar y desarrollar su capacidad de innovación, protegiendo los incentivos para la investigación y concentrando sus inversiones en la enseñanza superior, que debe constituir una ventaja competitiva para nuestro continente. Es indispensable que las próximas perspectivas financieras de la Unión prevean la debida financiación de los 30.000 millones de uros necesarios para la iniciativa Horizonte 2020. Se trata de que Europa siga albergando trabajos de investigación y desarrollo de primera línea y atraiga a científicos muy cualificados para asegurar el liderazgo europeo en materia de ciencia, investigación e innovación”. Compartiendo esta apuesta, la pregunta más relevante es ¿cómo va a contribuir esta iniciativa al propósito de convergencia económica?
  • Se refieren a continuación a las características de los profesionales europeos del futuro “Junto con la innovación tecnológica, el incremento de la esperanza de vida fue la principal causa de crecimiento en el siglo XX. Ahora, aunque la longevidad continúa aumentando, los países europeos han dejado de beneficiarse de ella porque no han hecho evolucionar lo suficiente su marco social, en particular la edad de jubilación, pero también el derecho a la formación durante toda la vida”. Destaca la ausencia a cualquier referencia sobre el desarrollo del management. Si como dice el profesor Innerarity “la responsabilidad es la expresión práctica de la inteligencia” no parece acertado excluir la contribución de la inteligencia de los managers responsables de las empresas para remontar cuanto antes la crisis. 
  • Apuestan por las inversiones a largo plazo, tanto públicas como privadas, señalando la trascendencia de políticas fiscales que las fomenten y que no supongan incrementos del gasto público “Europa dispone de los ahorros más importantes del mundo, pero esos ahorros son de los peor invertidos. La acumulación de reformas reglamentarias y fiscales desde hace 15 años ha contribuido en gran medida a disminuir las inversiones a largo plazo, las únicas que son verdaderamente productivas y ha favorecido la inmediatez y la especulación. Esta situación es grave porque debilita al accionariado de las empresas y frena su capacidad de invertir y ser competitivos en los mercados mundiales y, por consiguiente, de crear empleo. Una profunda revisión de estos aspectos contribuirá a aproximarse a los objetivos de la agenda de crecimiento sin que eso suponga gastos públicos suplementarios.” 
  • El problema estriba en encontrar fórmulas de reducción de ingresos públicos que al menos se compensen con una mayor recaudación fruto del crecimiento sin incrementar el endeudamiento. Quizá a ello se refieren cuando señalan “Sin pecar de ingenuos, también podemos preguntarnos por la política de competencia que se lleva a cabo en la actualidad en Europa. Se da una preferencia a la agudización de la competencia y la bajada de precios al consumo que ha debilitado y fragmentado sectores industriales en los que se han introducido otros competidores mundiales, en detrimento del empleo en Europa”. Ya es significativa y seguirá en aumento la competencia entendida como desleal en Europa de los grandes países emergentes, sobre todo China, copiando patentes y vendiendo a unos precios significativamente más bajos ¿Qué está haciendo Estados Unidos hoy y qué ha venido haciendo con la competencia japonesa? A buen seguro que en la profundización de esta historia de relaciones, Europa puede encontrar muchas respuestas a favor de su competitividad, que le serán también útiles para redefinir sus relaciones con la nueva África que se está fraguando.
  • Abordan por fin la integración europea necesaria para el relanzamiento de la Unión Europea “Por último, hay que fomentar la solidaridad dentro de la zona euro, pero esa solidaridad no puede tener una sola dirección. Los países más sólidos han visto su competitividad reforzada por la moneda única y hoy pueden ayudar a quienes sufren dificultades. No obstante, todos deben ser conscientes de que esa solidaridad no puede concebirse sin la reciprocidad de una puesta en marcha rápida y sin reservas de las reformas estructurales. Los europeos esperan de sus dirigentes que den pruebas de poseer visión, coraje, conciencia de que la situación es urgente y un compromiso inquebrantable de poner en práctica las prioridades que todos juntos hemos definido. Ha llegado la hora de hacer los esfuerzos de integración que debían haberse hecho hace tiempo. Lo exige el futuro de nuestros hijos y el juicio de la historia no hará concesiones si no se acude a esta cita.” Transitado ya este prolongado y tortuoso tramo de crisis económica si algo resulta indubitado es la falta de respuesta adecuada y en su momento de las autoridades comunitarias para atajarla. Esta ausencia de gobierno está generando unas pérdidas a los países de la Unión escandalosas, y no sólo a éstos, también se escuchan quejas de sus repercusiones en los demás continentes. Lo que no se quiso hacer por las buenas (el arrumbamiento de la nueva Constitución Europea constituye una nueva muestra de la construcción social de la estupidez) hay que hacerlo ahora por imperiosa obligación. Los españoles y sus partidos políticos tienen también hechos sus deberes en este terreno. Dijimos sí a la Constitución en su momento y nos hemos declarados dispuestos a ceder la soberanía necesaria. Dicho esto, creemos necesario matizar la solidaridad que requieren los países más sólidos de los que hoy sufren dificultades. Quizá la línea roja de las excepciones haya que ponerla en responder a las ayudas de los países sólidos con reformas estructurales que no quiebren por la vía de la competencia la buena marcha de aquéllos, pero también deberá incluirse en los cálculos que las reformas estructurales no ahonden el empobrecimiento de los países en dificultades, si no quiere encontrarse la Unión con la responsabilidad de ser parte del problema y no de su solución. 
  • Termina el artículo apelando a la responsabilidad de los primeros mandatarios europeos ante la pasada cumbre como correspondía en el momento de su publicación “Nosotros dirigimos unos grupos empresariales de alcance mundial, que deben gran parte de su éxito a los logros pasados de la construcción europea, pero también han contribuido a ellos mediante las inversiones y la creación de empleo. No queremos que Europa tire la toalla. Queremos aportar nuestro grano de arena a que la construcción siga adelante, pero necesitamos un entorno político, legislativo y regulador que lo permita y nos sirva de estímulo. Los líderes políticos europeos están al frente de la primera economía mundial y tienen la responsabilidad de ponerse a la altura de los retos actuales para que la crisis sea el punto de partida de una refundación de nuestra Unión, al servicio de todos los europeos. Para retomar las palabras de Jean Monnet, lo que importa no es ni ser optimista ni ser pesimista, sino ser decidido.” Vistos los resultados de la cumbre europea parece que la puerta hacia la superación de la crisis en Europa se ha entreabierto. Después de este rayo de esperanza, escépticos como Paul Krugman ya modifican sus apuestas 60%-40% a favor de que la salvación del euro, a la vez que señala si España no tiene éxito, el euro tampoco”. 
 
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