En los comienzos del Siglo XXI todavía asociamos con frecuencia la creatividad y la innovación a la expresión ¡eureka! o a la imagen de una “bombilla” y no tanto a una necesidad vital para sobrevivir, adaptarnos y tener éxito en un entorno crecientemente incierto y complejo: y es que la innovación se ha convertido en un concepto estratégico.
Los nombres de Microsoft, 3M, Sony, Nokia, Amazon y algunos otros, cada uno en su sector, se asocian a empresas que ofrecen algo distinto a sus clientes, pero todas tienen algo en común: la innovación. Todas estas compañías han logrado ser líderes mundiales innovando. Y cuando hablamos de innovación, no nos referimos únicamente a la creación de nuevos productos o servicios, sino a un espacio más amplio que abarca todos los ámbitos empresariales: la estrategia, los procesos, la organización, las personas, los aprovisionamientos, la producción, el marketing, las ventas, etc.
En general, Creatividad e Innovación se entienden en la práctica como sinónimos y, aunque son conceptos íntimamente relacionados, no son exactamente lo mismo.
La creatividad es el proceso mediante el cual se generan ideas novedosas, que tienen posibilidades de ser útiles. La innovación sólo se produce cuando una idea creativa llega a buen puerto. Es decir, innovar es transformar las ideas en valor para la compañía, a través de la aplicación práctica de las mismas. Por lo tanto, es evidente que no se puede innovar sin ser creativo, aunque se puede ser creativo y no necesariamente innovar.
El proceso de creatividad consiste en generar ideas y conceptos (proceso divergente o de generación), mientras que el proceso de innovación consiste en su selección, análisis de viabilidad y, en su caso, en la puesta en práctica (proceso convergente)
En este artículo vamos a centrarnos en la creatividad. La innovación la abordaremos en otro artículo en el próximo número del canal.
La creatividad se compone de tres ingredientes fundamentales: la fluidez, la flexibilidad y la originalidad.
La fluidez en el proceso creativo se refiere al número de ideas que se generan y a la rapidez con que se generan. La fluidez guarda una estrecha relación con el esfuerzo y el tiempo que se invierte en generar ideas. Thomas Edison, inventor de la bombilla, después de más de 9.000 experimentos, describió el genio creativo como “un uno por ciento de inspiración y un noventa y nueve por ciento de transpiración (sudor)”. Darwin publicó más de 100 trabajos similares al que fue conocido como su “teoría de evolución de las especies”. Mozart en sus 35 años de vida escribió más de 600 obras musicales, incluidas 40 sinfonías completas. Einstein, además de su trabajo sobre la relatividad, escribió más de 240 publicaciones científicas de similar rigor y profundidad. Picasso produjo más de 20.000 obras de arte... ¡No cabe la menor duda de que todos fueron trabajadores infatigables de la creación!
La fluidez también guarda relación con no emitir juicios y no evaluar las ideas mientras estas se van generando, ya que ello afecta negativamente al proceso creativo. Es aconsejable dejar la evaluación y decisión para una etapa posterior.
El segundo ingrediente de la creatividad, la flexibilidad, consiste en contemplar las cosas desde puntos de vista distintos, y también en hacer relaciones y combinaciones nuevas.
Leonardo da Vinci decía que para comprender cualquier cosa se necesitaba contemplarla al menos desde tres perspectivas diferentes. Por ejemplo, cuando diseñó la primera bicicleta, contempló esta nueva forma de transporte desde las siete perspectivas siguientes: la suya, como inventor; la de los competidores (otros inventores); la de los inversores, que financiarían los prototipos y la producción (los “sponsors” de la época); la del cliente (ayuntamiento); la del que repararía la bicicleta (herrero-carpintero) y la del usuario (el que montaría en la bicicleta, por ejemplo un cartero). “¿Falta alguna perspectiva?”, preguntaba Leonardo: sí en efecto, contestaba: “¡hay que ponerse en la piel de la propia bicicleta!”
Las combinaciones nuevas crearon el walkman, uno de los productos más exitosos de Sony en toda su historia, a partir de dos elementos ya existentes: auriculares (procedentes de un proyecto de micro-altavoces descartado) y un reproductor de sonido (procedente de un proyecto de grabadora/reproductora de pequeño tamaño, también abandonado por el área de grabación)
El tercer ingrediente de la creatividad es la originalidad. Consiste en producir ideas o conceptos que sean únicos, insólitos o diferentes a lo convencional.
La originalidad guarda una íntima relación con cuestionar todos los condicionantes habituales, “retándolos” y generando ideas que modifiquen estos condicionantes con preguntas del tipo: ¿que pasaría si...?, ¿de qué maneras diferentes podría..? Al principio, las vías de los trenes no eran como las de ahora. Su perfil tenía forma de “L”, para que las ruedas que se apoyaban en la parte de abajo de las vías no pudieran salirse. Era un sistema muy caro. Posteriormente se cambió el enfoque: evitar que el tren descarrile resolviéndolo a través de las ruedas, creándose unas ruedas con una pestaña, como las actuales, que se apoyan en la parte de arriba de las vías.
Las empresas más innovadoras desprenden energía creativa por todos los poros y no sólo por algunas de sus áreas o niveles. La creatividad no se produce por si sola. Debe ser promovida, canalizada y gestionada de forma sistemática, para que se disponga de un caldo de cultivo propicio.
Algunos de los requisitos básicos para ello son los siguientes: un estilo de liderazgo que fomente y demande creatividad predicando con el ejemplo; la orientación al cliente como prioridad fundamental; el clima (ambiente de trabajo) idóneo para el pensamiento creativo y la cooperación; los procesos ad–hoc claros, ágiles y eficaces y finalmente, unas políticas de recursos humanos que sean coherentes y refuercen la estrategia de innovación de la compañía.
Como anunciábamos anteriormente, en el próximo número del canal eurotalent el protagonista de la segunda parte de este artículo será la innovación y para ello contaremos con las aportaciones de algunos de los clientes de eurotalent, auténticos líderes de opinión en este ámbito.
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