Las estrategias de los ‘jefes’ más conocidos de la televisión
“Tengan cuidado ahí fuera...”. Pocos han olvidado aquella mítica frase con la que el capitán Furillo comenzaba cada capítulo de Canción triste de Hill Street. Desde entonces y hasta ahora muchos han sido los jefes catódicos que han marcado generaciones de empleados y directivos. Varias décadas después de Lou Grant, la figura del líder se ha vuelto más compleja y no importa si ejerce como médico, policía o periodista—, el “jefe televisivo” es hoy todo un icono popular que no se escapa al análisis sociológico.
Quizá el doctor House sea uno de los más claros ejemplos del personaje que marca tendencia. Lejos de la tópica imagen del jefe, su carácter indisciplinado, incluso su falta de respeto por sus compañeros, ha hecho que muchos expertos se planteen hasta qué punto el éxito puede paliar un comportamiento políticamente incorrecto u ofensivo dentro de una empresa. En su estela encontramos a Jack Bauer —el agente especial que está más veces fuera que dentro de la ley en 24— o, acercándonos algo más a la producción nacional, el doctor Vilches de la serie Hospital Central.
Llega el perfil múltiple
No importa el contexto, el liderazgo es cada vez más protagonista en televisión, como podemos observar en la serie Perdidos, donde dos personajes, a cual más diferente, pujan por el control de un variado grupo de personas que tras un accidente aéreo luchan por la supervivencia en una isla que les es hostil. Enfrentamientos y comparaciones de los que también tenemos claros ejemplos en los spin off [serie emparentada con otra por temática o personajes] de CSI Las Vegas —CSI Miami o CSI Nueva York—, y donde su productor, Jerry Bruckheimer, ha sido capaz de perfilar tres tipos de líder dentro del mismo contexto: la investigación forense. En la original, Gill Grissom es un jefe pausado, mientras que en la primera, su protagonista, Horatio Cane, prefiere la acción y, en la segunda, el teniente Taylor opta por permanecer en un segundo plano.
Realidad o ficción, los jefes y sus equipos están de moda, un fenómeno al que no puede permanecer ajeno el directivo.
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