29 junio 2007

Tres estilos diferentes de dirigir


Los líderes, en la empresa o en la televisión, se pueden dividir en tres categorías:

Líderes emprendedores: Son aquellos que anteponen los resultados a conseguir la armonía entre los miembros del equipo. El doctor Gregory House es, en este sentido, un caso paradigmático. Extraordinariamente inteligente, dirige a su equipo de manera despiadada aunque su forma de resolver los casos le hace ser admirado por sus colaboradores. Le falta tacto, reconocimiento, incluso respeto hacia sus colegas. Emocionalmente, House es torpe como jefe.

Una variante de este modelo podría ser el Señor Burns de Los Simpson, despiadado, totalmente falto de ética. Va a lo suyo aunque el mundo se caiga a pedazos. Le pierde la avaricia y la mentira. En esta categoría también podemos incluir a Rodolfo Vilches de Hospital Central. Malhumorado, un tanto mandón y con escaso buen corazón. En definitiva, el líder emprendedor sabe mandar (dar instrucciones) y gestionar lo que hay que hacer, pero le falta humanidad con el resto del equipo y una visión estratégica respecto al futuro. Por ello el límite de muchos emprendedores puros es el propio tamaño del equipo. Saben montar un negocio, pero no hacerlo crecer a partir de un límite de personas.

Líderes colegas: Son primus interpares. Por su profesión, les toca hacerse cargo del equipo, pero no asumen su papel de liderazgo. Un ejemplo de ello es Paco Miranda, el policía de Los hombres de Paco. Es una persona emotiva, muy cercana, que sabe cohesionar al equipo, que le hace participar de las decisiones, incluso le debaten muchas de ellas. Sus hombres le tienen enorme lealtad y se sienten muy satisfechos de formar parte del equipo —hay buen rollito—. Similar a esta estrategia podría ser, si nos remontamos a otros tiempos, la de Lou Grant, el viejo periodista a cargo de un periódico. Dada su experiencia, se preocupa por su gente y por que su trabajo merezca la pena. Ante situaciones difíciles, siempre apoya a los suyos.

Este modelo se basa en aglutinar al equipo y pedirle aportación. Genera motivación en los colaboradores pero si abusan del colegueo no pueden mantener cierta distancia y perspectiva. Son malos tomando y comunicando decisiones impopulares y les cuesta negarse a hacer lo que se les pide.

Líderes visionarios: Planifican el futuro, establecen una visión y orientan a los miembros del equipo en la línea deseada. Como ejemplo, Gill Grissom de CSI Las Vegas. Para resolver un caso aparentemente imposible de averiguar, tiene las ideas muy claras y consigue que sus colaboradores, a los que refuerza constantemente, sean meticulosos cada uno en su campo. Bajar a la arena o dedicarse a lo cotidiano, incluso rutinario, sin embargo, no es su fuerte.

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